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El profesor Nektarios Tavernarakis es vicepresidente del Consejo Europeo de Investigación (CEI). También es Presidente de la Fundación para la Investigación y la Tecnología – Hellas (FORTH), y catedrático de Biología de Sistemas Moleculares en la Facultad de Medicina de la Universidad de Creta, en Heraklion (Grecia). También dirige el laboratorio de Neurogenética y Envejecimiento en el Instituto de Biología Molecular y Biotecnología de FORTH, y es miembro del jurado del Equipo Mediterráneo de la Ciencia 2021 de MEDNIGHT.

¿Por qué la investigación es importante para el desarrollo no solo de la humanidad, sino especialmente de los países de la cuenca mediterránea?

Por un lado, existe una desigualdad entre los centros de excelencia de los países de la cuenca mediterránea y los del norte de Europa, y es muy importante lograr un desarrollo equilibrado en toda Europa. Esto es esencial y también es una política justa; estos países deberían tener la oportunidad de albergar también laboratorios de investigación e investigadores y proporcionar a sus propios científicos (como los de España o Grecia) herramientas para avanzar en sus propios países. De lo contrario, continuaremos viendo la tremenda fuga de cerebros de profesionales que abandonan España y Grecia para ir a Alemania, Estados Unidos u otros países, donde hay oportunidades para que trabajen y adquieran más experiencia. En la situación actual, la carencia de laboratorios y centros de excelencia en los países del sur no respalda el potencial humano de los científicos, que son un recurso humano valioso no solo por sus aportaciones a la ciencia, sino también a los países a los que pertenecen.

Por otro lado, para que los países de la cuenca mediterránea logren un desarrollo económico igual al del norte de Europa, necesitan invertir en investigación e innovación. Ahora vivimos en una economía basada en el conocimiento, que requiere investigación científica para promover el crecimiento económico. En caso de no hacerlo, los países mediterráneos permanecerán únicamente como destinos turísticos. Debemos impulsar este capital humano (basado en la investigación, la ciencia y la educación superior) para fortalecer la economía de los países meridionales.

¿Qué opina de la iniciativa de MEDNIGHT y de formar parte del jurado de la selección mediterránea de la ciencia?

MEDNIGHT es una iniciativa muy interesante que servirá para inspirar a las personas y proporcionar referentes, especialmente a las generaciones más jóvenes de los países mediterráneos, para guiarlos y orientarlos en la investigación y la ciencia. Es importante demostrar que la ciencia, educación superior, investigación, academia e innovación en la industria son buenas trayectorias profesionales y, para lograrlo, necesitamos modelos a seguir. Necesitamos científicos de estos países para demostrar a los jóvenes cómo pueden tener éxito y darles algo a lo que aspirar. En ese sentido, creo que esta iniciativa es muy importante y estoy muy emocionado de formar parte de ella. Mi objetivo es contribuir tanto como pueda al éxito de esta iniciativa, porque creo que tiene mucho que ofrecer a los países mediterráneos en los que la ciencia y la investigación no son una prioridad nacional, a diferencia de Alemania, Suiza o Finlandia.

¿Qué opina de la investigación que se realiza en los países mediterráneos? ¿Cómo la ubicaría en el contexto (comparado con) europeo?

Como mencioné anteriormente, la ciencia no es una prioridad en los países mediterráneos pero para entender por qué no lo es, debemos tener en cuenta el nivel de desarrollo económico de estos países y la presencia de otras prioridades más urgentes como la salud, educación y seguridad, entre otras. Estas prioridades implican abordar múltiples desafíos. Por ejemplo, los países que carecen de un sistema de salud sólido no pueden invertir mucho en investigación, y la educación y la seguridad son difíciles de promover si el país está en guerra. Se trata de retos muy importantes que deben afrontar los países del sur, por lo que es muy difícil priorizar la investigación como se hace en Suiza, Alemania o Austria. Si bien varios países mediterráneos se enfrentan a conflictos internos y enemigos externos, la inversión en educación, especialmente en educación superior y ciencia, puede proporcionar soluciones a estos problemas y también puede aportar un crecimiento económico sostenible. Este crecimiento económico, a su vez, ayudaría al desarrollo de un sistema de salud fuerte y apoyaría la educación superior y la investigación para sus ciudadanos.

¿Qué investigadores del área mediterránea destacaría como los mejores en su campo?

Como comprenderá, no entraré en nombres específicos, pero hay muchos ejemplos de científicos realmente asombrosos que hacen un trabajo excelente y que pueden servir como modelos a seguir en países mediterráneos como España, el sur de Francia, Italia, Grecia y Egipto. La iniciativa MEDNIGHT menciona a algunos de estos científicos y de entre la lista de nombres hay científicos destacados que no solo están haciendo un trabajo muy interesante en el ecosistema mediterráneo sino que también tienen renombre a nivel internacional. Hay muchos ejemplos de científicos formidables que trabajan en países mediterráneos, que demuestran que la ciencia de primera clase no está fuera del alcance de la cuenca mediterránea. De hecho, al contrario, se hace mucha ciencia en el sur de Europa, pero necesita desarrollarse más para salvar e incluso cerrar la brecha con el norte de Europa.

La población del norte del mediterráneo (Europa) está envejeciendo cada vez más, en contraste con la población de los países del mediterráneo sur (África, mediterráneo oriental) donde la población es joven y la esperanza de vida es baja. En el contexto de los países europeos mediterráneos como Grecia, ¿cómo puede su investigación traducirse en un aumento de los años de vida con calidad de vida y no solamente en un aumento de los años de vida, es decir lo que se conoce como translación clínica?

Esta es una paradoja a la que nos enfrentamos. La esperanza de vida de los países desarrollados ha aumentado, lo que ha llevado a una población más numerosa y envejecida, y representa un problema demográfico importante, especialmente en el norte de Europa. De hecho, la pirámide demográfica, cuya base debería estar formada por jóvenes con una reducción del porcentaje de personas mayores en la cúspide de la pirámide, prácticamente se ha invertido en la actualidad. Por lo tanto, los países desarrollados tienen ahora una gran cantidad de personas mayores en comparación con la población más joven y esto es costoso de mantener, lo que produce un gran impacto en los sistemas de salud y en la economía. Por ejemplo, si bien las enfermedades neurodegenerativas eran raras hace varias décadas, desde principios del siglo XXI, enfermedades como el Alzheimer se han vuelto bastante frecuentes, especialmente en los países del norte. Teniendo en cuenta esta carga sobre el sistema sanitario y también sobre la economía, es necesario investigar para gestionar los problemas cada vez más prevalentes de las patologías asociadas a la edad. Sin investigación no podremos resolver estos problemas. De hecho, se ha predicho que la próxima pandemia mundial serán las enfermedades neurodegenerativas, especialmente la enfermedad de Alzheimer. La Organización Mundial de la Salud estima que para 2050, más del 70 % de las personas mayores de 65 años sufrirán algún tipo de demencia. De este modo, se debe priorizar la investigación relacionada con el envejecimiento, el fenómeno del envejecimiento en sí mismo y las patologías relacionadas con el. En este sentido, el programa marco recientemente lanzado desde la Comisión Europea (Horizonte Europa) ha hecho del envejecimiento, en relación con la salud, una prioridad.

Por el contrario, los países del sur del mediterráneo tienen el problema opuesto. Tienen una gran población de jóvenes, pero debido a la baja calidad de vida, la falta de recursos esenciales, los conflictos y los sistemas de salud subdesarrollados, su esperanza de vida es muy inferior. El impacto de estos problemas en la sociedad es grande y, por lo tanto, la ciencia y la investigación son necesarias para facilitar la resolución de estos problemas. En estos países, hay otras patologías relacionadas con la calidad de los alimentos, del agua, la contaminación del aire y del suelo, que contribuyen a una menor esperanza de vida. Estos problemas deben ser abordados por la ciencia y deben realizarse esfuerzos para apoyar la investigación en estos países.

Usted tiene mucha experiencia en consorcios y redes entre investigadores. ¿Cree que es posible crear una red de colaboración entre investigadores de países mediterráneos? Incluidos los europeos y no europeos, considerando que son muy diferentes en cuanto a religión, cultura y algunos de ellos, como Palestina e Israel, están en conflicto.

Mientras haya intereses comunes, puede haber puntos en común. Estos intereses comunes son mejorar los sistemas de salud, aumentar el desarrollo económico y reducir y gestionar el cambio climático. Con estos denominadores comunes, la religión y la cultura no deben interponerse en el camino y estos intereses comunes pueden priorizarse por igual en los diferentes países. A pesar de los conflictos y la inestabilidad interna en muchos países, podemos establecer objetivos comunes que requieran una acción conjunta, aprovechando las fortalezas de cada país para construir un consorcio sobre el cambio climático, la contaminación ambiental y la protección de los recursos naturales (es decir, el mar Mediterráneo) o incluso la dieta mediterránea. Si bien los intereses y prioridades específicos de cada país pueden diferir, ya existen consorcios entre varios países mediterráneos, entre los que se incluyen Grecia, Turquía, Egipto, Israel, Líbano, Italia y España, y sobre los que se puede construir una mayor colaboración.

¿Qué consejo le daría usted a los investigadores jóvenes / junior que quieran hacer carrera científica en la cuenca mediterránea? ¿Cree que hay futuro para los jóvenes científicos de los países mediterráneos y que vamos a poder detener la fuga de cerebros?

Creo que hay grandes oportunidades para una carrera científica en los países mediterráneos. La movilidad siempre es beneficiosa. Existe un malentendido fundamental en el significado de ‘fuga de cerebros’. La fuga de cerebros es la movilidad unidireccional, es decir, salir del país y no volver nunca más. Sin embargo, la ‘movilidad’ implica recibir formación en otro país y luego regresar con esas enseñanzas y nuevos conocimientos, de manera que esto enriquece a ambos países. Los investigadores que van a los Estados Unidos para recibir formación relacionada con una tecnología nueva o nuevos organismos modelo, regresan a sus países con nueva experiencia, enriqueciendo así el ecosistema científico local con nuevos modelos, ideas y proyectos. Esto es fundamental y, por tanto, la fuga de cerebros no debe confundirse con la movilidad. La movilidad siempre es buena e importante y enriquece a los países involucrados. La fuga de cerebros es una pérdida unidireccional del potencial humano, lo cual es malo.

Aconsejaría a los jóvenes estudiantes y científicos que se planteen hacer carrera científica en un país mediterráneo. Numerosos investigadores destacados están prosperando en estos países. Al mismo tiempo, animaría a los investigadores a realizar un período de formación en los EE.UU., Japón o países del norte de Europa para obtener nuevos conocimientos y familiarizarse con nuevas tecnologías, proyectos e ideas, y luego llevar su experiencia a sus países mediterráneos de origen. Esto es bueno para la cuenca mediterránea, ya que enriquece el ecosistema de investigación, la educación superior y mantiene actualizada la comunicación científica sobre lo que está ocurriendo en otras áreas del mundo en sus respectivos campos.

Por otro lado, existen aspectos singulares de la calidad de vida, que pueden resultar atractivos para los investigadores que estén considerando una carrera científica en un país mediterráneo.

¿Qué están haciendo el Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés) y otras instituciones u organismos para facilitar a los jóvenes científicos el desarrollo de una carrera científica exitosa en el Mediterráneo? ¿Qué propondría usted?

En la actualidad, el ERC es uno de los principales organismos que financia la investigación básica en Europa y se considera el organismo de referencia para la financiación de la investigación básica en todo el mundo.

Varios países mediterráneos ya se están beneficiando de la financiación que proporciona el ERC, con receptores de becas ERC en España, Italia, Grecia, Turquía y Malta, entre otros países. Si bien esto es importante y permite ser competitivos en este ámbito, debemos preocuparnos por la brecha con el norte de Europa. El ERC es solo una de las muchas fuentes de financiación. Los gobiernos nacionales también deberían invertir para que los países mediterráneos sean más competitivos para las subvenciones del ERC. Para ser competitivo para las subvenciones de ERC, un país debe tener un ecosistema de investigación sólido y para desarrollar ese ecosistema de investigación sólido, también se necesita una inversión nacional. Una fuerte inversión nacional proporcionará beneficios adicionales, ya que un ecosistema competitivo permite una mejor investigación, educación superior y desarrollo, por lo tanto, más dinero para el país, como lo demuestran los países del norte de Europa. Una mayor competitividad facilita la financiación por parte del ERC y otras fuentes internacionales de financiación o de la Comisión Europea.